Hay que ver cómo me gusta poner títulos tramposos. Anyway, en Madrid ha sido esta bicijoda divina y esplendorosa en donde me ha parecido ver a alguna ex combatiendo fervientemente la gravedad y la fatiga de materiales. Debo confesar que la foto anterior a la de Alaska y su antibullfighting está aquí coleada, pero es que me recoñea muchísimo y me reconforta el coñito palpitante de la extrema izquierda pugnando por atrapar pupilas (las mías, desde luego).
Marchass así en Caracass serían un auténtico exito: marchass, marchass, queremos marchass, marchass.
¿O no?
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