jueves, 7 de abril de 2011

FATIGA CRIMINIS

"Matar cansa" (Tomás Onaindia)


Más que un asesino, yo lo que soy es un simple aficionado a las películas de killers que me he pasado un poco de la raya y, en mi fanatismo, me he ido apasionando hasta ponerme a imitar a algunos de esos sociópatas que he visto en pantalla panorámica, versionando los crímenes y cometiéndolos yo mismo, como cantaría el propio Frank Sinatra, "a mí manera".


Sin error y sin enmienda (llevo la cuenta perfectamente, dado que soy contador público colegiado) les confirmo que hasta la fecha he "cuadrado" 156 crímenes perfectos, cada uno de ellos rigurosamente clasificado en su género y especialidad, sin reincidir en "modus asesinandi" (incluidas armas y estilos), ni repetirme. Mis crímenes, eso sí, no llevan firma. Yo no castigo a nadie ni pretendo dar mensajes ejemplarizantes con citas bíblicas ni literarias (mira que ya han puteado en demasía al pobre Guillermito Blake). Tan sólo mato y ya está. Liquido. Desaparezco de la faz de la tierra. Aniquilo. Sin crueldad y sin anestesia. Rápido y certero. Jamás de los jamases me ensucio las manos ni dejo huellas frescas ni ninguna clase de evidencias. Un sólo descuido y estás frito. Yo asesino tan fresco y limpio como un silbido publicitario.


Matar es, para mí, un hobby, un divertimento, una afición de fin de semana. Si existiese un club me inscribiría en él o me suscribiría a publicaciones especializadas. Pero no las hay o yo, todavía, no me he enterado. Claro que serían como cofradías del silencio, santas hermandades o sociedades super secretas. En todo caso, que quede claro, quisiera ser miembro. Y si bien el asesinato deportivo es mi forma muy particular de matar el tiempo libre, durante la semana laboral trabajo durísimo maquillando balances personales y empresariales, actualizando la contabilidad de corporaciones, trampeándole al impuesto, restando aquí para agregar allá y pare usted de contar. O sea, otra clase de crímenes, el papel lo aguanta todo y generalmente me ensucio de tinta las mangas largas de mis camisas blanquísimas.


La otra noche me dio por eliminar a la señora que sirve el café en la oficina y me mira feo, entregándome siempre un bebedizo tibio y lleno de residuos. Decidí darle un trago de su propia medicina y le proporcioné tal sobredosis de cafeína que la mujer se murió con los ojos tan abiertos que no hubo forma de cerrárselos. Pero no se crean, en general yo no mezclo mis cosas personales con mis crímenes, así como nunca me llevo a casa el trabajo sucio de la empresa.


Me considero a mí mismo como un limpiador profesional que enmienda sin dificultad los errores ajenos. En la oficina arreglo las cuentas que no dan y en mi personalidad secreta me deshago de toda esa gente indeseable que pulula por allí haciéndole la vida más difícil a los demás. La otra tarde, sin ir más lejos, asesiné a un taxista que intentó estafarme con el taxímetro y al encargado de la tintorería que no me desmanchó el flux verde lo puse a nadar en líquido quitamanchas. No usé la secadora industrial para ahorrar un poco de energía y yo tengo conciencia conservacionista.


Ellos, los grandes asesinos cinematográficos, me han enseñado todo lo que saben, ilustrándome, y yo, alumno aventajado, los he venido superando, uno a uno, igualándome casi-casi que con el doctor Hannibal Lecter, aunque sin canibalismo ni cosas raras.


Nada de crímenes sexuales tampoco, pues yo tengo mi religión y creo que no hay que relacionarse íntimamente con las víctimas. Eso sería como aprovecharse y yo tengo tendencias igualitarias, ya que todos hemos sido creados a imagen y semejanza. Por eso practico la máxima de asesinar a cada quien como se merece: "dime cómo vives y te diré cómo te me mueres", recito yo, y entonces procedo a enterarme muy bien de las costumbres de mis clientes.


A veces me ha tomado años aniquilar a alguien que me ofrece, todavía, algún misterio. Eso les ha salvado la vida a varios. Pero en general actúo rápido y decidido, contribuyendo con el problema de la sobrepoblación del planeta. Y pensar que nunca me van a dar un reconocimiento. Es una labor compleja y callada, como de hormiguita persistente...


Respeto mujeres embarazadas, gente obesa (por el trabajo que dan para deshacerse del cadáver) y niños. Por lo demás no tengo ningún tipo de prejuicio y en mi colección de fotos polaroid figuran hombres y mujeres, entre 19 y 55 años, de todas las preferencias sexuales, profesiones, estaturas y colores. Recuerdo con especial cariño a un cocinero de restaurant chino que me enseñó a hacer chop-suey, pero no me quiso dar el secreto de la salsa para el pato pequinés.


Los que más trabajo me han dado fueron un político que dejó de ganar elecciones hace más de 20 años (tuve que encargarme de su chofer y guardaespaldas) y un banquero calvo al que convertí en una curiosa caja fuerte o alcancía, como quieran ustedes verlo, y que conservo en el closet de mi casa por pura vanidad y que constituye, de cuerpo presente, la única evidencia e imprudencia que me he permitido, a sabiendas de que ello me puede descubrir, inculpar y condenar para siempre. Al político lo acusan de haber pasado a la reserva, tras perder su poder de convocatoria, mientras que al banquero lo dan por prófugo, luego de haberse comprobado el desfalco que lo mantiene "forrado" en billetes de alta denominación.


Al contrario de los asesinos de película que se descuidan o se entregan a la policía, presas del remordimiento, a mí no me van a atrapar ya que mi paranoia y celo excesivo por la perfección y la excelencia me llevan a no bajar la guardia ni por un momento. Además de que me siento orgullosísimo de mis trabajos como para sentir culpabilidad por alguno de ellos. Aunque quizás en el caso de la vendedora de lotería que no le dio la gana de pagarme el premio, pues no debí hacerlo así, jugando tanto con ella, pero uno es humano, demasiado humano, y a ella le salió su numero.


Al revés del tipo aquel que le gustaba maltratar animales, pateando palomas, perros y gatos a su paso. Hoy, sirve de alimento a los animales del zoológico, picado finamente en un millón de pequeños pedazos. Pero debo reconocer que tras quince años de esta rutina, sin tomarme vacaciones, ya estoy aburrido, porque matar fatiga. Y todavía no quiero tirar la toalla.


Lo más simpático es que la policía no relaciona un caso con otro y a veces me provoca, cayendo en lo de las películas, llamarlos y darles alguna pista para ver si logran ir armando el rompecabezas y se me acercan así sea un poquito, proporcionándome esa sensación de vivir peligrosamente que se va perdiendo con el tiempo. Pero por otro lado me aterra la idea de que por purita casualidad me atrapen y me vea entonces yo hospedado en una sórdida cárcel sin el consuelo de la cámara de gases, la inyección letal, la libertad bajo palabra o la silla eléctrica.


Ante estas funestas perspectivas me quedo tranquilo y planeo, más bien, sacarle provecho económico a todo esto. ¿Qué tal si me pongo a escribir mis memorias, describiendo exhaustivamente cada caso y publico un libro, bajo un pseudónimo, que se convierte en best-seller y éste, a su vez, lo producen como película que rompe récords de taquilla, recolectando millones de dólares? Sería, creo yo, un bocado preciado y la envidia de Hannibal Lecter. Mañana mismo comienzo a traerme poquito a poco de la oficina, con suma discreción para que no se den cuenta, resmas de papel bond base 20 tamaño carta y toner para mi impresora láser, de contrabando, claro está, que la vida está muy cara y lo que a mí me pagan es una miseria. No estaría mal ir pensando en eliminar a la Jefa de Personal, si no accede a mi próxima petición de aumento de sueldo.

sábado, 2 de abril de 2011

ERRE que ERRE: Rubalcaba versus Rajoy 2012

Pues que ahora se trata de Rubalcaba versus Rajoy para el 2012 (vaya paR de baRba-2). Que ZP ya recontraconfirmó que no seguirá, que ya está bueno ya. Así que los asesores de don Marianico tienen, urgentemente, que re-escribir sus discursos y argumentos, apuntando directamente contra Rubalcaba. Ah, y ahí les dejo el link a un blog interesantón (que, todo sea dicho, los blogs de 20 minutos se negaron a aceptar en su directorio: ZA-PLATERO Y YO.