jueves, 17 de abril de 2008

Conversaciones celulares made in La Habana: patria o muerte, celulearemos

—Oyeme, Caridad, ¿dónde tú estás, niña?
—Aquí, Yubirixai, paseando en el malecón...
—¿Sola, solita, como la una?
—Tú sabes que yo nunca estoy sola, sino muy bien acompañada, Yubi.
—Ajá, y ¿con quién estás tú ahora? Digo yo, niña, si es que se puede saber...
—Ay, Yubi, pero cómo no se va a poder saber con quién yo estoy maleconeando ahora.
—Dime nombres, pues.
—Estoy flanqueada por Yackson y Yamandú.
—¿Los bailarines del Tropiloca? ¿pero esos dos no son cherna, penca, bugarrones?
—Bueno, ¿y qué? ¿ahora tú discriminas?
—No, pero mejor estarías con un par de turistas forrados en divisas, o es que ¿ya tú no los divisas?
—Por sus cámaras digitales los conócereis...
—Por sus billetes verdes los recoñóceremos y ellos nos coñocerán y recoñocerán, compañerita.
—Ay, sí es verdad, aquí en La Habana se sufre, pero se goza.
—Gracias al compañero comandante Raúl que nos permitió usar estos celulares, niña, que son una maravilla de tecnología de punta.
—De puta...
—Oyeme, ¿qué es lo que tú me estás llamando a mí? ¿Tú me has dicho puta, acaso, o es un error o una distorsion comunicacional del imperio que ya nos jodió los puñeteros aparatos estos...
—Ay, cálmate, Yubi, yo lo único que te acabo de decir es que estos celulares son tecnología de punta y tecnología de puta, de puta madre, asere mía.
—Ah, ya decía yo que no me parecían cosas tuyas, Caridad.
—¿Nos juntamos esta noche para brindar por el compañero comandante Raúl y su apertura tecnológica al siglo 21?
—Me apunto, compañera.
—¿Compañerita?
—¿Si, dime?
—Ay, compañerita, haz el amor y no la guerra.
—Tú si eres maricona, mamacosa.
—Patria o muerte...
—...celulearemos.

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