viernes, 2 de noviembre de 2007

Auspiciosas y Benditas Colas para acceder al Museo del Prado

No son colas para adquirir aceite de maíz, leche descremada ni azúcar. Es una fila de tres pares de cojones para consumir arte que se nos mete por los ojos y se nos instala en el laberinto neuronal catapultando nuestras endorfinas. ¡ Puerca envidia que me dan !

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