Que lo diga Eduardo Semtei: que hoy es 28, pero no de diciembre. O sea, que no es día de inocentadas. Pero es que esta noticia lo parece: un ciudadano español intenta entrar a territorio gringoche, vía cataratas del Niágara y es abortado su intento.
Este primer "balsero" ibérico (en su patera inflable, cayuco primordial) es casi como que el primer astronauta español, pero en aguas internacionales y dulces.
Propongo (si no lo alojan indefinidamente en Guantánamo International Resort), hacerle un monumento pétreo (léase estatua) con su respectiva carabela post colombina con la que se lanza a la nueva conquista de América the beautiful, full de inmigrantes from wherever que sea(n).
Lástima que lo interceptaron en el interín, porque, si no, García Márquez a lo mejor volvería a escribir su "Relato de un náufrago que intentó colarse muy al norte del Río Grande y al sur de Canadá y fue avistado, atrapado y ¿desterrado, desaguado? sin llegar a ser besado por las reinas de belleza y etcétera".
¡Venga, Gabo, anímate a suscribir este remake!
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