Cómo nos vamos a divertir, mediáticamente, con las próximas elecciones presidenciales gringoches. Esta foto (encuadrada con full mala leche, en el sentido ibérico), es apenas el comienzo. A mí me rememoró aquel pretendido bestseller que la argentina Esther Vilar publicó hace ¿un par de décadas?, titulado "El varón domado".
Aquí Bill Clinton (vieron qué lindo orden alfabético) parece más bien un perrito faldero hipotecado por aquella añeja felación. Son cosas propias, como afirma Freud y canta Shakira, de la fijación oral, coral, oval. Tanto saxo nos imaginamos que envicia.
Aquí, pues, Billy, mantiene atenta su mirada a la voz de su ama, quien hasta ha ofrecido otorgarle algún cargo de determinada relevancia en su gabinete gubernamental (aunque, eso sí, sin derecho a pasantes). It's a doggy world, Clint, y ¡vaya hueso!
2 comentarios:
Im so sorry, Bill, but I did enjoy it !!!
¡Lo que sea es bueno con tal de sacar a bush de la casa blanca!
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